La Cama Sola

Mi padre desde pequeña me decía, no vale la pena enamorarse porque todos los hombres son malos, él sin saber que el amor sería lo más importante de mi historia y que este llegaría a mi vida en el cuerpo de mujer.

Quizá nos han enseñado que solo existe una forma posible de tener el amor, de poseerlo, de capturarlo, de amarlo y que su forma sería entre un hombre y una mujer.
Pero lo que nos escondieron bajo la mirada por mucho tiempo es la libertad del amor sin ningún tipo de límites, donde las posibilidades son infinitas, sin cuestionarnos a quién amemos, reconociendo que está lleno de lagrimas, tan dulces y tan amargas como sea la historia de cada unx.

Yo he deconstruido mi amor tantas veces como he ido viviendo, reconociéndolo y aprendiendo en él y de él, y no ha sido solo mi voz la que me ha guiado, he permitido que otrxs amores me hablen y que juntxs construyamos nuestra historia.
En esa construcción abrí mi camino y en ellos fui mezclándome con la vida de la otra persona y mi vida unitaria se abrió a una vida de a dos, multiplicándose junto a su amor a medida que conocía su mundo.

Lo que nadie, ni mi padre logro imaginarlo como un futuro posible, fue vivir el amor en tiempos de pandemia, quizá nadie o muy pocxs podrían haber llegado a predecir un mundo sin contacto, con distanciamiento social, con miedo a estar cerca del otrx.
Un amor solitario, que se va llenando de rutinas solitarias, insaboras, desgraciadas, con sonidos de voces que contabilizan el número de contagios y advierten los peligros de ese deseo de amar físicamente a otrx.

Una vida de amor a través de la pantalla, una vida de amor amenazada cada segundo ante la muerte del sentido mismo, del tacto, del gusto, del olor, donde la vista se ve agotada por la imposibilidad de no completarse, de no sentirse plena.

Y ante la incapacidad de poder experimentar de nuevo ese amor que habíamos construido con la otra persona, se invoca al sueño, donde el encuentro se hace posible, las caricias se hacen eternas y ese mundo que parecía perdido en una historia lejana recobra la esperanza del reencuentro.

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